Museo Kosice

Se estrenó “Travesía intergaláctica – la Ciudad Hidroespacial de Gyula Kosice” en el Planetario de Buenos Aires

Es una coproducción entre el Museo Malba, el Planetario de Buenos Aires, el Museo Kosice y UxArtLab, con guión de los equipos educativos del Malba y del Planetario, producción audiovisual de UxArtLab y el Planetario, y dirección de Max Perez Fallik.

Travesía intergaláctica es una función inmersiva 360º que recupera la posta de la exposición “Intergaláctico” que estuvo en el Malba hasta noviembre 2024, curada por María Amalia García y Mari Carmen Ramírez. De la mano de grabaciones en 360º, reconstrucciones en 3D, registros históricos y segmentos audiovisuales realizados con IA basados en piezas reales, la película nos invita a descubrir la obra más importante de Gyula Kosice (1924-2016) y proyectarnos a futuros utópicos, ecológicos e interplanetarios.

💧 Programación habitual: Sábados y domingos a las 19 hs y miércoles a las 13 y 17 hs.

💧 Más info: https://planetario.buenosaires.gob.ar/travesia-intergalactica/

Gyula Kosice: Intergaláctico, en el Malba

En el año del centenario del nacimiento del visionario artista argentino Gyula Kosice (n. Ferdinand Fallik; Košice, Checoslovaquia, 1924 − Buenos Aires, 2016), Malba presenta esta exposición monográfica dedicada a su obra, con el propósito de destacar su rol pionero y reposicionarlo en el contexto internacional del arte de posguerra.

Curada por Mari Carmen Ramírez y María Amalia García, la muestra reúne más de 80 obras producidas entre 1950 y 1980, destacando en el perfil experimental de su obra –especialmente en sus esculturas de plástico, relieves cinéticos y gotas de agua, la mayoría con luces y activadas por aireadores y motores–, donde el movimiento es una constante fundamental.

https://www.malba.org.ar/evento/gyula-kosice-intergalactico/

La exposición, que estará vigente desde el 4 de julio al 4 de noviembre del 2024, reúne piezas provenientes del Museo Kosice, del Museum of Fine Arts of Houston, el Malba, el Museo Nacional de Bellas Artes, el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires, el Museo del Planetario Galileo Galilei y el Museo Castagnino Macro, así como de múltiples colecciones privadas del país.

En muchos casos, se trata de la primera exhibición pública fuera de las colecciones a las que pertenecen.

 

Explica Mari Carmen Ramírez: “La ciudad hidroespacial es en principio y fundamentalmente un trabajo escultórico que evoluciona hacia un esbozo arquitectónico. Cada uno de los hábitats curvos y semiesféricos de plexiglás representa una tentativa de palpar, expandiéndola, la noción de ‘espacio’ que es transparente, maleable, dinámica y, en cierta medida, dimensional. (…) Kosice tuvo plena conciencia de que ‘lo escultórico’ era solo un paso en dirección hacia el pleno logro de su meta: valerse del arte para forjar un nuevo modo de organización social. Para alcanzar tal objetivo, ‘lo escultórico’ debía anularse a sí mismo”.

Dice María Amalia García: “Su producción pionera introdujo originales propuestas artísticas, como la escultura móvil e interactiva, representada por la emblemática pieza Röyi (1945), y exploró gran diversidad de materiales, muchos de ellos novedosos. Su investigación en torno del movimiento se remonta a Madí: el grupo ya experimentaba con los móviles, el uso de motores y la acción del espectador sobre la obra, poniendo en crisis las categorías de escultura y espectador. Al igual que otros artistas de su generación, utilizó la luz, el plástico y el movimiento, y a fines de los años 50 fue de los primeros artistas que incorporó el agua en sus obras.

 

Descargá gratuitamente aquí el dossier de la exhibición.

 

El Museo Kosice – Fundación Kosice continuará abierto y recibiendo público durante de la duración de la muestra en Malba.

Gyula Kosice en la 59va Bienal de Venecia

La 59ª edición de la Bienal de Venecia incluirá la obra “Gota de agua negra” (1968), de Gyula Kosice, en su versión de Realidad Virtual.

El Pabellón de Camerún exhibe 22 obras digitales seleccionadas por la GCA DAO (Global Crypto Art Descentralized Autonomous Organization – Organización Autónoma Descentralizada de Cripto Arte Global) agrupadas en una expocisión llamada The Times of the Chimeras.

Junto a Kosice, también estarán presentes piezas digitales de Julio Le Parc, Miguel Ángel Vidal y Alberto Echegaray Guevara.

Gota de Agua Negra puede visualizarse gratuitamente desde la plataforma UXart.

Más información en La Nación, Clarín, Infobae y Ámbito Financiero

La Ciudad Hidroespacial en Singapur

ASM Radical Curiosity Exhibition Gyula Kosice Buckminster Fuller Ciudad Hidroespacial Hydrospatial City

La Ciudad Hidroespacial llegó al ArtScience Museum de Marina Bays Sands en Singapur.

En el marco de la muestra Curiosidad Radical: En la órbita de Buckminster Fuller, la Ciudad Hidroespacial estuvo presente en Fundación Telefónica de Madrid en 2021 y se encuentra ahora visitando la nación asiática.

Más info sobre la muestra aquí (en inglés).


La Ciudad Hidroespacial es una de las obras más ambiciosas de Gyula Kosice, coprotagonsita de la convocatoria Ciudades para el futuro: crear utopías que desarrollaron en forma conjunta el Museo Kosice (Fundación Kosice) y el Museo Xul Solar (Fundación Pan Klub).

La Ciudad Hidroespacial Gyula Kosice

Kosice anticipó a mediados de la década del ’40 que, de seguir aumentando los índices de crecimiento demográfico, la humanidad se vería obligada a buscar nuevos espacios y modos de vivir y habitar. Así fue surgiendo la idea de la Ciudad Hidroespacial (anticipada en la Revista Arturo, 1944, donde afirmó que “El hombre no ha de terminar en la Tierra”), como un conjunto de hábitats suspendidos a 1.000 o 1.500 metros sobre el nivel del mar, en la que la humanidad viviría de forma permanente en el futuro.

Dice Kosice en el Manifiesto de la Ciudad Hidroespacial (1971):

Estar arraigados en la Tierra , o para ser exactos, en el planeta agua, aunque su atmósfera, su alimento y sus aguas estén contaminados, asistir indefensos ante la persistente depredación geográfica y geológica, contemplar cómo el equilibrio ecológico es destruido lentamente, verificar el aumento constante de la población, son otros tantos incentivos para los cambios rotundos que anunciamos ya, como necesidad biológica.

Proponemos concretamente la construcción del hábitat humano, ocupando realmente el espacio a mil o mil quinientos metros de altura, en ciudades concebidas ah-hoc, con un previo sentimiento de coexistir y otro diferenciado “modus vivendi”.

La arquitectura ha dependido del suelo y las leyes gravídicas. Dichas leyes pueden ser utilizadas científicamente para que la vivienda hidroespacial pueda ser una realidad, es decir viable desde el punto de vista tecnológico. Intentar la construcción de algunas viviendas, como un ensayo previo para llegar paulatinamente a la “Ciudad Hidroespacial” propiamente dicha. La opinión de algunos astrofísicos e ingenieros espaciales coinciden en que tomando agua de las nubes y descomponiéndola por electrólisis, es posible utilizar el oxígeno para respirar y el hidrógeno introducido en una máquina de fisión nuclear proporcionaría energía más que suficiente. Energía capaz de mantener suspendido el hábitat incluido su desplazamiento, mientras otras opiniones se refieren a la posibilidad de cristalización del agua y derivarla hacia una polimerización que la cualifique energéticamente. Así pues, no se trata de vencer las leyes gravídicas sino crear la energía de sustentación. Por ello me dirijo a todos los científicos de la NASA para recabar sus opiniones.

El costo desde luego, es muy alto, pero con sólo detener la producción bélica del mundo por veinticuatro horas e invertir dichas sumas en este proyecto, su realización es posible. La arquitectura hidroespacial está condicionada para estar suspendida en el espacio indefinidamente.

La vivienda nómade hidroespacial deteriora el curso de la economía actual en base a la valoración del terreno y abre interrogantes sociológicos imprevisibles. Apunta asimismo a una apertura del arte, pues nuestra civilización entra en la etapa postindustrial. Se propone pues, un arte de todos y no un arte para todos. Al superar todo intermediarismo, el arte se integra tácitamente al hábitat, se disuelve en él y en la vida, es su presentación, su “modus vivendi”.

Si bien no hay registro de que Kosice y Fuller se hayan comunicado directamente, Kosice en 1967 visitó la Expo ’67 en Montreal, en la que se encontraba -entre otras- la famosa Biósfera de Fuller.

Posteriormente registró dicha visita en el artículo Montreal Expo 67 publicado en La Nación y recopilado en el libro Entrevisiones. En él se reproducía una entrevista que Kosice hizo a Naum Gabo, cerrando de la siguiente manera:

Mi intención fue trazar en borrador, sin otra pretensión que la de poner en relieve que Nueva York, Gabo y la Expo. 67 de Montreal ofrecen hoy un inquietante triángulo para elucidar uno de los vértices que preocupan a nuestra civilización: la masificación del arte, sus puntos de apoyo y de rechazo, y su destinación.

Gyula Kosice en Fundación Telefónica

Curiosidad radical

El 16 de septiembre se inauguró la muestra Curiosidad Radical. En la órbita de Buckminster Fuller en Fundación Telefónica (Madrid):

Para algunos, el Da Vinci del siglo XX. Richard Buckminster Fuller (1895-1983) dedicó su vida a concebir soluciones para que el mundo funcionase para toda la humanidad. Y, con su pensamiento, anticipó de manera sorprendente algunas de las grandes crisis del siglo XXI.

Visionario e investigador inclasificable, Fuller generó un cuerpo de trabajo inabarcable que cruza disciplinas como la arquitectura, la ingeniería, la filosofía ​y la educación, a través de una visión del diseño como fuerza capaz de cambiar el mundo.​ Desde la movilidad y la vivienda, hasta la educación y el uso de datos masivos, su pensamiento incluye cuestiones que la COVID-19 ha situado en el centro de la agenda mundial.

La exposición incluye otras muestras de “arquitectura especulativa” coetáneas a Fuller, como la Ciudad Hidroespacial de Gyula Kosice, con obras pertenecientes a la colección del Museo Kosice.

Gyula Kosice en Curiosidad Radical: Buckminster Fuller

Kosice anticipó a mediados de la década del ’40 que, de seguir aumentando los índices de crecimiento demográfico, la humanidad se vería obligada a buscar nuevos espacios y modos de vivir y habitar. Así fue surgiendo la idea de la Ciudad Hidroespacial (anticipada en la Revista Arturo, 1944, donde afirmó que “El hombre no ha de terminar en la Tierra”), como un conjunto de hábitats suspendidos a 1.000 o 1.500 metros sobre el nivel del mar, en la que la humanidad viviría de forma permanente en el futuro.

Dice Kosice en el Manifiesto de la Ciudad Hidroespacial (1971):

Estar arraigados en la Tierra , o para ser exactos, en el planeta agua, aunque su atmósfera, su alimento y sus aguas estén contaminados, asistir indefensos ante la persistente depredación geográfica y geológica, contemplar cómo el equilibrio ecológico es destruido lentamente, verificar el aumento constante de la población, son otros tantos incentivos para los cambios rotundos que anunciamos ya, como necesidad biológica.

Proponemos concretamente la construcción del hábitat humano, ocupando realmente el espacio a mil o mil quinientos metros de altura, en ciudades concebidas ah-hoc, con un previo sentimiento de coexistir y otro diferenciado “modus vivendi”.

La arquitectura ha dependido del suelo y las leyes gravídicas. Dichas leyes pueden ser utilizadas científicamente para que la vivienda hidroespacial pueda ser una realidad, es decir viable desde el punto de vista tecnológico. Intentar la construcción de algunas viviendas, como un ensayo previo para llegar paulatinamente a la “Ciudad Hidroespacial” propiamente dicha. La opinión de algunos astrofísicos e ingenieros espaciales coinciden en que tomando agua de las nubes y descomponiéndola por electrólisis, es posible utilizar el oxígeno para respirar y el hidrógeno introducido en una máquina de fisión nuclear proporcionaría energía más que suficiente. Energía capaz de mantener suspendido el hábitat incluido su desplazamiento, mientras otras opiniones se refieren a la posibilidad de cristalización del agua y derivarla hacia una polimerización que la cualifique energéticamente. Así pues, no se trata de vencer las leyes gravídicas sino crear la energía de sustentación. Por ello me dirijo a todos los científicos de la NASA para recabar sus opiniones.

El costo desde luego, es muy alto, pero con sólo detener la producción bélica del mundo por veinticuatro horas e invertir dichas sumas en este proyecto, su realización es posible. La arquitectura hidroespacial está condicionada para estar suspendida en el espacio indefinidamente.

La vivienda nómade hidroespacial deteriora el curso de la economía actual en base a la valoración del terreno y abre interrogantes sociológicos imprevisibles. Apunta asimismo a una apertura del arte, pues nuestra civilización entra en la etapa postindustrial. Se propone pues, un arte de todos y no un arte para todos. Al superar todo intermediarismo, el arte se integra tácitamente al hábitat, se disuelve en él y en la vida, es su presentación, su “modus vivendi”.

Si bien no hay registro de que Kosice y Fuller se hayan comunicado directamente, Kosice en 1967 visitó la Expo ’67 en Montreal, en la que se encontraba -entre otras- la famosa Biósfera de Fuller.

 

Biósfera de Buckminster Fuller
Biósfera de Buckminster Fuller

 

Posteriormente registró dicha visita en el artículo Montreal Expo 67 publicado en La Nación y recopilado en el libro Entrevisiones. En él se reproducía una entrevista que Kosice hizo a Naum Gabo, cerrando de la siguiente manera:

Mi intención fue trazar en borrador, sin otra pretensión que la de poner en relieve que Nueva York, Gabo y la Expo. 67 de Montreal ofrecen hoy un inquietante triángulo para elucidar uno de los vértices que preocupan a nuestra civilización: la masificación del arte, sus puntos de apoyo y de rechazo, y su destinación.

Gyula Kosice y Naum Gabo
Gyula Kosice y Naum Gabo

Para conocer más sobre Buckminster Fuller y su curiosidad radical, los invitamos a recorrer los numerosos recursos online de la Fundación Telefónica.

 

 

Kosice en el MAMBA: “Historia de dos mundos”

 

El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires reabrió sus puertas completamente renovado con la muestra HISTORIA DE DOS MUNDOS, que establece un diálogo entre obras canónicas de Europa y Estados Unidos (1955-1986) de la colección del MMK Museum für Moderne Kunst Frankfurt am Main y la historia del arte experimental latinoamericano desde 1944 —cuando se producen las primeras expresiones de los movimientos de arte concreto en la Argentina— hasta fines de la década de 1980.

La muestra abre con el arte concreto en Argentina. Röyi (1944) y Pintura Madí círculo azul (1945) de Gyula Kosice -pertenecientes a la colección suiza Daros y al Museo Kosice, respectivamente- son obras protagonistas, junto con sus pares del Movimiento Madí y el arte Concreto-Invención, de las vanguardias históricas latinoamericanas.

“Explorando la Colección”: Gyula Kosice en la Colección Fortabat

El jueves 23 de agosto la Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat presentó obras de Gyula Kosice dentro de su proyecto “Explorando la colección”, que tiene como objetivo dar a conocer las obras que forman parte del museo en diálogo con producciones de artistas contemporáneos.

Participaron las piezas de Gyula Kosice “Relieve suspendido” (1998), realizada en talla directa en plexiglás, y “Simbiosis” (1997), una escultura en acero que logra crear espacios y volúmenes vituales a partir de la torsión de tres planchas que se insertan unas en otras. Junto a las obras de Kosice se exhibe una pieza site-specific realizada por Marcela Cabutti, con la curaduría de Marina Oybin e investigación de Laura Lina.

Gyula Kosice y Tomás Saraceno en arteBA 2018

La Ciudad Hidroespacial de Gyula Kosice y Biosphere de Tomás Saraceno estarán expuestas por primera vez en conjunto en la nueva edición de arteBA, que se desarrollará del 24 al 27 de mayo en La Rural. Las obras comparten la pasión por imaginar a los hombres despegados de la Tierra, en espacios habitables que permitan repensar las relaciones entre ellos, y entre ellos y el cosmos.

Al respecto de Kosice, la curadora del espacio Alejandra Aguado comenta:

Su práctica, y la de Saraceno -admirador de Kosice- años más tarde, han estado inspiradas por postulados poéticos y filosóficos que, si bien parten de los permisos que el arte otorga a la intuición, abrazándola con su naturaleza permanentemente libre de toda función, integran el pensamiento científico a sus procesos creativos, borrando los límites entre disciplinas e integrando arte, ciencia y tecnología en una poética de la movilidad, la integración, la construcción y la evasión. 

¡No se la pierdan!

Gyula Kosice en el Moderna Museet de Estocolmo

Gyula Kosice
Titel saknas, 1962
Plexiglaslåda, plexiglasstavar, plastfolie
49,9 × 49,9 × 6,8 cm
Moderna Museet
© Gyula Kosice

 

En el Moderna Museet de Estocolmo se inauguró la muestra Concrete Matters, que contó con la obra Galaxie in Stockholm de Gyula Kosice, 1962.

En el catálogo de muestra, se destaca el papel fundamental de Kosice en la difusión del arte abstracto y concreto en Argentina y América Latina.