La obra

Pinturas Madí

Gyula Kosice fundó en 1946 junto a Rhod Rothfuss y Arden Quin Arte Madí, el más importante movimiento artístico multidisciplinario y de vanguardia de la Argentina.
En pintura, Madí recupera los principios del arte abstracto y geométrico, con particular énfasis en la creación y la invención. Con el objeto de romper los límites externos tradicionales de la obra de arte y liberarla de toda atadura, propone el marco irregular y recortado.
La primera etapa de las pinturas Madí de Kosice se caracteriza por piezas de pequeño a mediano tamaño, de esmalte sobre madera, con multiplicidad de planos y colores articulados (y móviles).
Kosice siguió realizando pinturas Madí a lo largo de toda su vida, ampliando las dimensiones en sus últimas producciones.

 

Esculturas

Kosice realiza su primer escultura, Röyi, en 1944, creando la primer obra articulada y móvil con participación del espectador del mundo y señalando los comienzos del arte cinético en América Latina.
A partir de 1946 realiza esculturas tridimensionales y sin color, siguiendo los lineamientos del arte Madí.
Utiliza principalmente madera, y posteriormente incluirá el acero inoxidable, el aluminio y el bronce fundido. A finales de la década del 40 incorpora el acrílico (plexiglass), con el que realizaría una gran experimentación plástica a lo largo de los años.

 

Lumínicas

Realiza la primer escultura con gas neón en la historia del arte contemporáneo, en 1946. Desde entonces, continuó explorando las posibilidades expresivas de elementos lumínicos e incorporando nuevas tecnologías (como, recientemente, las luces LEDs) a partir de su tríada de producción Arte – Ciencia – Tecnología.
Algunas obras lumínicas incluyen cinetismo y participación con el espectador y el aprovechamiento de procesos (como la inyección de aire en acrílico) cuyo resultado es azaroso (lo que luego tradujo en una filosofía de producción y de vida, “corregir el azar“).

 

Hidrocinéticas

Una gota de agua acunada a toda velocidad (1948) es la primer escultura con agua en la historia del arte contemporáneo. Y son precisamente las obras hidrocinéticas e hidrolumínicas de Kosice sus producciones más características, con esferas y gotas, chorros de agua y burbujas, y juegos de luces y ruidos.

 

La Ciudad Hidroespacial

En su afirmación de la revista Arturo de 1944 “El hombre no ha de terminar en la Tierra“, Kosice anticipaba uno de sus principales proyectos: La Ciudad Hidroespacial.
Nace a mediados de la década del 50, como resultado de la preocupación de Kosice por la numerosa población de la Tierra y de la necesidad de romper con la arquitectura tradicional que ataba al ser humano.
El artista propone entonces hábitats suspendidos a 1.000 – 1.500 metros sobre el nivel del mar, compuestos no ya por habitaciones ritualizadas (living, dormitorio, baño) sino por lugares para vivir móviles y poéticos. Llamó al conjunto de estas viviendas la Ciudad Hidroespacial, como proyecto urbano con una dimensión científica (la justificación teórica de la energía suficiente para mantener volando una ciudad), poética, estética, arquitectónica y filosófica.
Con la Ciudad Hidroespacial, Kosice propone un arte de todos, que se integraría tácitamente a los hábitats, disolviéndose en ellos y en la vida.
Esta obra está compuesta por maquetas, constelaciones, dibujos y fotomontajes.

Monumentales

Kosice ha realizado obras monumentales en espacios públicos y privados en ciudades de todo el mundo.