Se me dice que una madigrafía es una desorbitada exteriorización de un pensamiento inútil, que no acciona. A veces, que no tiene sentido. Estoy por creer que esa realidad me está inventando. Es tan micromóvil que deja de ser un choque o una catástrofe sobre una superficie. Es una limpia red que apresa y profundiza; es una señal que se desconecta del campo gravídico y dice.
Dejo todo en prenda, indicativamente, ¿y qué me queda después de tanta parada teórica? Un paquete de intestinos en el cerebro.
Todo lo que ha llegado a su meta es la mostración de un silencio que sobrevive.
Hay un acaecer irreflexivo en la trayectoria del movimiento: la intermitencia. Al no ser un todo abarcable, sino en conexión con la materia, permite -lo sabemos- ser inferida y corregida.
Afirmo que hay formaciones de ámbito palpables, que es medible la atracción entre espacio y espacio y, sobre todo, que visto en perpendicular hay vibraciones que polarizan la supuesta discontinuidad de la materia.
Yo escribo y celebro en poesía y madigrafía lo que viví de obsequio.
Una indagación profunda sobre el porvenir astromental nos dirá de cambios tan trascendentales que sólo permanecerá en “conciencia” lo humano. Esto y un pequeño residuo de memoria, serán testimonio de un estadio de existencia terráquea. Lo demás será así.
Lo que demarca el concepto de una continuación locomotiva sin fin, es el intento físico de derivar la imaginación a un diagrama mental.
Frente a la actual situación de la grafía o la imagen, su dicción total, sentimental o cogitacional, cabe preguntarnos si la propensión tenaz del ser hacia la aventura absoluta no alterará inclusive la composición de los elementos.
Experimentalmente, para corroborar el olea je del mar, prescindimos del signo y nos basta su imagen. Pero es el vaivén del elemento clasificado separadamente, que nos salpica con un absurdo sin defensa.
El signo, privado ya del elemento de trans misión (lenguaje); el re-conocimiento del objeto, el objeto inmanente y su mención sin lugar ni tiempo, se movilizan por sí solos para des baratar su veracidad.
Lo indefinible consiste en hacer invisible la definición.
La poesía: mi manager.
Lo indefinible consiste en hacer visible la definición.
De golpe descubrimos que entre observación y coordinación casi no funciona la pausa. Otra vez anatomía de la velocidad queda al desnudo.
La predicción tiene el carácter que solo enaltece al tiempo. Hoy, cualquier profecía es convergencia entre numerosos equipos de estudiosos.
Después de todo, no hay más leyes de probabilidades que nuestra predisposición.
Piensa que la interrupción –su origen– es deseo de expresión, imaginación.
Si la objetividad puede ser quebrantada por un rayo de sol, cuánto más puede serlo, por el también luminoso aplomo de una idea que no está aún acribillada.
Yo tomo la cualidad del temor al vacío, y provoco talento, o su parecido, con todos sus inconvenientes. Para multiplicar órbita, propiciamos convivencia, comunicación; para restar acción, exaltamos lo ya realizado.
Pasar furiosamente desapercibido entre los escritores es otra señal de que las madigrafías no son pura literatura.
En una línea, una línea.
Lo que querría ser: caminar sobre el filo del siglo, y seguir siendo una empresa constructora del futuro.
Soy un pseudónimo. A veces me hago rogar para segur siéndolo. Es como durar entre el metabolismo de la experiencia y las fases de la personalidad ¡Qué cargo de inocencia forzada entre el cielo y la tierra!
El pronóstico sin azar revela la maraña de la duda, el presentimiento tendría un solo planeador, un solo panorama.
Arribar a una solución, en que el reencuentro con otra signifique un sostenido epílogo de tensiones, y que nunca nos interese delatar su generoso escondite.
La economía de la síntesis amenaza caer en una trance madigráfico. Economizar síntesis, ¿no es un repudio a maravillarse en gran escala?
No me someto a la tradición. No hago nada por lograr una variante aunque sea brutal, de desarraigado. Dejo todo en prenda, indicativamente, ¿y qué me queda después de tanta parada teórica? Un paquete de intestinos en el cerebro.
Me toman en mis libros, hablan y piensan en mí. Hago esa semilla. Pero tú y yo sabemos cuanta vida es expirable, sin caer de rodillas, sin hocicar el alimento del sueño.
La poesía no es una “facultad”. No discutamos de la poesía más que lo explicable por sus medios. Ellos son todo campo de gestación, importancia nonata que vive a toda costa.
Buenos Aires, selección de madigrafías de la revista Arte Madí Universal, diversos números a partir del Nº 0, año 1947.