Si el pintor, el escultor, el poeta, el arquitecto madí están a salvo, es porque no pretenden falsificar la posteridad. Construyen un arte de hoy. No les preocupa la posesión durable de una verdad ni los datos que la reflexión hace inoperantes, si los valores comunicables y de conmoción no tienen apoyatura en círculos socialmente trascendentes.
Nuestro siglo, el de las dos X, ya no participa de la tradición grecolatina-egipcia. Es, indudablemente, un universalismo, En la actualidad, la obra madí es la más emocionada franquicia que alerta todos los atributos del espíritu.
De nada sirve forjar un nuevo sistema de significaciones. Esa empresa no nos corresponde, aunque en ella campea una especie de impunidad de la que suelen aprovecharse los improvisadores. De ahí el consentimiento que damos al artista no figurativo, que no sobre pasa al hombre, sino que lo prueba. Y lo prueba al dotar la realidad cotidiana de una res puesta. Dar respuestas es adelantar, sufrir su desarrollo, comprobar la fidelidad de la tensión estética. Es por eso que esa vinculación de artistas, como en nuestro caso, no puede cifrar su comunidad en una palabra, ni en una meta remota. Lo que fusiona al grupo son las realizaciones palpables, que se identifican por su estilo y el basamento social donde se desenvuelven sus integrantes.
Madí hará su parte en la necesaria selección de las innovaciones que determinará la sedimentación del proceso sociológico. Por consiguiente, es un dislate pensar que el artista madí emplea un idioma desconocido, des humanizador, aparentemente ininteligible para el público o para una crítica precaria que lo cualifica como una distracción de la cerebración o una irremisibilidad decorativa, cuando nuestro objetivo es el de interferir en lo des conocido, una consecuencia, la más constructiva quizá de nuestra época.
Mientras tanto, no puede haber tentativa de quebrar en estilo que fluye sin cortapisas del acto creador. Y si algún intento en sus comienzos pudo ser perjudicial para la tranquilidad pública, fértil en apremios y denso en interrogación apasionada, se impone más tarde una mesura, un rigor, una cohesión, una purga de silencio, hasta que la obra de arte se haga indiscutible, como un árbol.
Está cambiando la concepción visiva y la estructura de la mundanidad, y sobre todo cambia el tránsito que va de la conciencia al he cho, de la imaginación a la presencia.
Su utilidad, su condición energética de transformación hacen que la pintura, la vivienda, la poesía, todas las artes, se liberen definitiva mente. Un próximo manifiesto asistemático madí * abarcará entre otras cosas, las relaciones del objeto inventado, su integración en otra arquitectura y las teorías que, apoyadas en un vigoroso impulso colectivo, a veces beligerante, pugnan por adelantar una nueva forma de cultura.
Las ramificaciones e influencia de madí, ya escapan, previsiblemente, a la innecesaria estadística de su núcleo central en Buenos Aires. Comprobamos, con júbilo, coincidencia de es tilo en artistas americanos y europeos.
Nuestro propósito es que madí, llegado a adulto **, tenga el poder suficiente de disolver la política en arte. Por eso y por un mar gen razonable de provisionalidad, que roza a todo movimiento de vanguardia, es que sus alcances son en gran parte de orden mediato, en un postergado torneo con el tiempo ***. Pero siendo madí un mundo obstinadamente abierto a todos y que ha nutrido no pocas inteligencias, es casi seguro que, por una vez siquiera, hemos hecho que el futuro sirva para algo, pero anticipadamente.
* Creemos que los manifiestos pueden anularse secretamente unos a otros, En este caso lo de “asistemático” viene a confirmar la poca eficacia de las declaraciones por sistema y por temporada. Desde el manifiesto madí de 1946 no ha habido otros. Se impone, pues, una revisión y nuevas y más dilatadas perspectivas.
** Con esta exposición internacional que se realiza en la Galería Bonino, madí cumple dos lustros de existencia. La primera exposición se realizó en 1946, en el Instituto Francés de Estudios Superiores, Galería Van Riel. Con anterioridad, en el año 1945, se realiza la primera muestra del grupo, pero en ese entonces con el nombre de Arte Concreto-Invención.
*** Son permutaciones predecibles, por cuanto la lógica y la ciencia harán extricable determinado alcance excesivo de expresión, transformador de nuestra realidad.
Buenos Aires, 1956.